martes, 16 de octubre de 2012

Sobre "No tan distintos" de José Esses. Por Mariana Zalazar


No tan distintos. Historias de gente con discapacidad mental 
Editorial: Capital Intelectual
Autor: José Esses
213 páginas
Año de edición: 2012
Precio: $58


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Acaba de publicarse No tan distintos. Historias de gente con discapacidad mental, opera prima del periodista y sociólogo José Esses. Una oda en ocho crónicas a la inclusión y el reconocimiento.

Por Mariana Zalazar          
             
Idiotas. Tarados. Mogólicos. Apelativos de una época de realismo fantástico previa a todo diagnóstico médico. Más tarde, el cientificismo y la clínica reemplazaron los insultos de antaño por el concepto de enfermo mental. Hace no mucho tiempo, y en un intento de redención semiótica, el injerto de una prótesis de corrección lingüística – y política- les atribuyó necesidades especiales. No vaya a ser que se acusara a los taxonomistas de discriminadores o cobardes. Sin embargo, algo debe haber sospechado José Esses de aquel placebo poético cuando decidió que su primer libro, recientemente lanzado por Capital Intelectual, no contase historias de gente con exigencias singulares sino de gente con deficiencias mentales, así sin más.
No tan distintos. Historias de gente con discapacidad mental brega por llamar a las cosas por su nombre y por humanizar lejos de los lugares comunes. Una cruzada de la cual poco o nada se ha oído hablar en los pasillos de la literatura social desde principios de la década del ’30, época en la que Elías Castelnuovo profesaba un férreo compromiso con los relatos sobre “la anormalidad” sin términos estilizados o adornos esquivos. No es accidental que Esses lo haya citado en la antesala de su libro: los cráneos del rigor erudito, que se ufanan en Larvas por convertir a los réprobos en bastiones de la diferencia, son los mismos a los que –distancias temporales mediante- ambos autores se enfrentan para derribar falsos pedestales retóricos en los que los protagonistas son más aislados que encumbrados.
Conductores de programas de radio, capitanes del equipo de básquet escolar, cadetes de mueblerías, adictos al chat, sobrevivientes del Holocausto. “Son adultos  que aspiran a lo mismo que casi todos: un trabajo bien pago, hacerse amigos, tener sexo, una familia que los apoye, divertirse”, escribe Esses, quien vio nacer el proyecto en Akim, un centro social y recreativo judío para personas con discapacidad mental en el cual impartió clases de periodismo durante más de seis años. Otro para nada fortuito punto de contacto con su referente del grupo de Boedo, quien dio vida a Larvas desde sus días como profesor en un reformatorio de niños abandonados y delincuentes en el pueblo de Olivera.
Es probable que No tan distintos – rebelde guiño a una de las canciones más populares de Sumo- geste su mayor victoria allí, en primera persona, sin vicarios. Ocho crónicas que, a la hora de relatar las semejanzas que nos acercan, decidieron reemplazar la narcosis de salón por una justa cuota de sencillez y franqueza.


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